El delantero y su representante, José Luis Tamargo, se han reunido con el presidente del Valencia en un hotel de la capital. La situación parece irreconciliable. Villa le ha dicho que quiere marcharse y Llorente que es intransferible salvo que la oferta supere los 50 millones de euros.
Hoy era un día clave para el futuro de David Villa, después de más de un mes de especulaciones sobre su futuro. Descartada la opción del Real Madrid, el delantero internacional sueña con jugar en el Barcelona, pero el presidente del Valencia le ha cortado la ilusión de raíz. En la reunión que han mantenido esta tarde en Madrid, Llorente le ha dejado claro que no está en venta y que el Valencia cuenta con él. La única puerta que le ha dejado entreabierta es que la oferta del Barcelona supere los 50 millones de euros, algo que Villa sabe que es casi imposible que suceda. El goleador le ha dejado claro al mandatario su malestar por cómo han llevado todo el tema sobre todo porque tenía un compromiso verbal de que aceptarían traspasarlo principalmente porque el Valencia no estaba en condiciones de mantener su alta ficha. A partir de ahora, la patata caliente la tendrá Emery que se encontrará con un Villa descontento, con ganas de abandonar el club y que esperará hasta el último momento para poder fichar por el Barcelona. Incluso, algunas informaciones señalan que el propio entrenador prefiere que Villa se marche y fichen a Negredo.
